El pasado fin de semana dió para mucho. Las distintas actividades, variadas y de éxito dispar.
Todo empezó con una visita obligada, y pospuesta desde hacía ya demasiado tiempo, a uno de los grandes mitos del cine.
Y después de presentarle nuestros respetos, nos dirigimos, todo lo deprisa que pudimos, a ver a un montón de chinos en el desfile por el Año Nuevo: dragones, carrozas,
y animadoras (?)
En este punto, no puedo dejar de mencionar el t-r-e-m-e-n-d-o y asfixiante calor en el que presenciamos el desfile. Hemos vuelto a los pantalones cortos, las sandalias y los tirantes. Espero y deseo que esta vuelta al verano sea sólo temporal, porque la idea de no volver a ponerme un abrigo hasta el otoño que viene hace que empiece a contemplar las distintas formas de suicidio a mi alcance.
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1 comentario:
¿porque hablamos tanto de chinos en estos blogs?será que son muchos?
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