Todo empezó con una visita obligada, y pospuesta desde hacía ya demasiado tiempo, a uno de los grandes mitos del cine.

Y después de presentarle nuestros respetos, nos dirigimos, todo lo deprisa que pudimos, a ver a un montón de chinos en el desfile por el Año Nuevo: dragones, carrozas,


y animadoras (?)


En este punto, no puedo dejar de mencionar el t-r-e-m-e-n-d-o y asfixiante calor en el que presenciamos el desfile. Hemos vuelto a los pantalones cortos, las sandalias y los tirantes. Espero y deseo que esta vuelta al verano sea sólo temporal, porque la idea de no volver a ponerme un abrigo hasta el otoño que viene hace que empiece a contemplar las distintas formas de suicidio a mi alcance.
1 comentario:
¿porque hablamos tanto de chinos en estos blogs?será que son muchos?
Publicar un comentario